Respirar, 2020; Volumen 12, Separata 3: 1-30
Editorial
El 31 de diciembre de 2019 en Wuhan, China, se informó sobre un brote de neumonía que posteriormente sería atribuido a un nuevo coronavirus el SARS-CoV-2, la enfermedad recibió el nombre de COVID-19, se propagó por diferentes países inicialmente de Asia para posteriormente migrar a otros continentes y el 11 de marzo 2020 la Organización Mundial de la Salud la declaró pandemia; esta cadena de eventos ha cambiado la vida de casi todos los seres humanos y a nosotros los trabajadores de la salud respiratoria nos ha generado quizás el reto más importante en nuestra historia.
El SARS-CoV-2 es altamente contagioso y su complicación más grave es la insuficiencia respiratoria aguda hipoxémica, la cual tiene una mortalidad elevada y es 10 veces más letal que la provocada por el virus de influenza A H1N1; esta combinación de rápida propagación con la posibilidad de desarrollar una complicación grave que puede provocar la muerte ha generado una crisis sanitaria mundial.
El tratamiento de la insuficiencia respiratoria aguda hipoxémica es complejo, multidisciplinario y en muchos casos individualizado, pero si agregamos que vivimos esta pandemia en una región diversa y amplia como Latinoamérica, se hace difícil unificar criterios. A pesar de esto se presentan las siguientes recomendaciones que logran resumir un conocimiento rápidamente cambiante y proponen el uso de muy diversas herramientas que podrían ser útiles en diferentes contextos y con recursos variados, haciendo especial énfasis en la seguridad del personal de salud.
José Luis Carrillo Alduenda
Leslie Katherine Vargas Ramírez
José Luis Sandoval Gutiérrez
Mark Cohen Todd
Publicada
31-07-2020
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